Expresamos nuestra solidaridad y apoyo a Alfonso y Raúl, integrantes de la compañía de marionetas «Títeres desde abajo», que se encuentran en prisión preventiva sin fianza, acusados de enaltecimiento del terrorismo.
El viernes 5 de Febrero Alfonso y Raúl representaban su última obra en el distrito de Tetúan (Madrid), con ocasión de los Carnavales organizados por el ayuntamiento. Un grupo de padres y madres, molestos por los contenidos de la obra, que se representaba ante un público infantil, llamaron a la policía para denunciar un supuesto caso de enaltecimiento del terrorismo. Los artistas fueron detenidos, y tras una noche en comisaría, llevados a declarar ante Ismael Serrano, juez de guardia de la Audiencia Nacional. Éste confirmó las acusaciones, y al delito de “enaltecimiento de terrorismo” añadió la agravante de haber sido cometido “en el ejercicio de derechos fundamentales y libertades públicas garantizadas por la constitución”. Además, dictó prisión preventiva incondicional (sin fianza) para los artistas.
Mientras tanto, los medios de comunicación se hacían eco de la versión de los denunciantes, y llevaban a cabo una campaña de criminalización de los titiriteros, que tenía como último objetivo atacar al ayuntamiento de Madrid. Pocas horas después, este último se plegaba ante la presión mediática, destituía al responsable de haberlos contratado, e interponía una denuncia contra ellos.
Ante estos hechos, declaramos que:
- El espectáculo «La Bruja y Don Cristobal” no estaba pensado para un público infantil, como la compañía de marionetas había advertido. Se produjo un error de programación por parte del ayuntamiento.
- La tan cacareada violencia de la obra, se inscribe dentro de la tradición de los títeres de cachiporra, que se remonta a la Edad Media. Según la tradición, este es un género de argumento sencillo, y las obras se caracterizan por ser duras y crudas, llenas de golpes, persecuciones y garrotazos. Es una obra típica del Carnaval, ese momento en el que, como la historia nos enseña, los valores del orden establecido y de lo políticamente correcto son puestos patas arriba.
- En el espectáculo satírico ‘La Bruja y Don Cristobal” no se alababa al terrorismo. La criminalización de la protesta social se parodiaba mediante la colocación de una pancarta que dice ‘gora alka eta’ a la bruja de la función para inculparla falsamente, mediante un montaje policial, de lo mismo que se inculpa a los titiriteros.
- Los medios de comunicación han manipulado deliberadamente la información para atacar al ayuntamiento de Madrid.
- Es inaceptable que unos artistas, en el pleno ejercicio de su libertad de expresión y dentro de una actuación, sean imputados por “enaltecimiento del terrorismo” y enviados a prisión preventiva. Es inaceptable que en un Estado que se pretende Democrático y de Derecho sea aceptada la criminalización de la sátira política. Criminalizar el arte y la sátira implica vulnerar profundamente la libertad de expresión y regresar a un pasado oscuro del cual creíamos haber salido.
- Tampoco puede aceptarse que un error de programación por parte del ayuntamiento de Madrid sea resuelto por el consistorio “pasando la patata caliente”, y con ello favoreciendo implícitamente la criminalización de los artistas, como si ellos fueran responsables del error.
- No es la primera vez que asistimos a actuaciones dudosas de la Audiencia Nacional, que nos parecen orientadas no tanto al logro de la justicia, sino a la persecución de toda persona que, ejerciendo sus derechos democráticos, exprese opiniones “molestas” con lxs representantes del poder. A estos efectos recordamos que el delito de “enaltecimiento del terrorismo”, existente únicamente en el Estado Español, ha sido utilizado de manera totalmente impropia en los últimos años para imputar la libre expresión de artistas, cómicxs, músicxs -véanse Facu Díaz, César Strawberry (cantante de Def Con Dos) y muchxs más.
- Si estas actuaciones desproporcionadas de la Audiencia Nacional son posibles, es debido a la redacción de las propias leyes: en las sucesivas reformas legales, el concepto de terrorismo se ha desdibujado tanto y se ha hecho tan amplio, que casi cualquier conducta puede ser clasificada como tal, aunque no tenga ninguna relación con la violencia contra la población. Las leyes antiterroristas se han convertido, por lo tanto, en un instrumento en manos de las instituciones para la criminalización y silenciamiento de los movimientos sociales y de toda voz crítica.
Por todos estos motivos:
- Exigimos la inmediata puesta en libertad de Alfonso y Raúl y su completa absolución del delito de apología de terrorismo.
- Exigimos que el ayuntamiento de Madrid retire cualquier tipo de acción legal y declare rotunda y firmemente su oposición al encarcelamiento de los titiriteros. Que tome todas las medidas oportunas en solidaridad y apoyo a Alfonso y Raúl, solicitando su completa absolución.
Porque el arte no puede ser delito,
Por la libertad de expresión,