Aun en medio del estiaje al ministro Wert le sobran charcos donde meterse. A falta de dioses habrá que pensar que algún genio maligno nos ha echado la maldición de que nos tocara un ministro de Educación de tal catadura. No entramos en pormenores de catadura moral; hablamos de catadura política. Sin embargo, nadie debe engañarse: el ministro de Educación que se dedica a pisar charcos, incluso habiéndose aplicado previamente a crearlos, no representa sólo un caso de histrionismo personal. Con éste va toda una puesta en escena de la política sobre educación del PP como fuerza política….
OPINIÓN. JA Pérez Tapias. “Producción de desigualdades”
29 - agosto - 2012 Opinión