Competitividad, libertad de elección, autonomía de los centros, empleabilidad, diversidad de talentos… El discurso neoliberal cuenta con un arma poderosísima: la perversión en el uso de las palabras para ‘vender’ su concepto mercantilista de la educación. Para las autoras del artículo es necesario desenmascarar las estrategias conservadoras que hablan de libertad, autonomía y excelencia cuando quieren decir privilegio, recentralización y exclusión. …
… La conciliación, efectivamente, es posible, y en España se llama LOMCE. Bajo la hegemonía de la corriente neoliberal, se asumen los postulados neocon y las demandas de la jerarquía católica –viejos aliados en el nacionalcatolicismo franquista– y se hace de las evaluaciones externas el procedimiento indiscutible para el establecimiento de unos rankings que favorecen la clasificación de “los productos”, sean estos estudiantes o centros.
¿Cómo es posible que gran parte de la ciudadanía –incluidos muchos docentes– acabe dando por buenos estos postulados? ¿Cómo es posible que la percepción social de lo que se espera de la educación esté tan alejada de nuestra propia experiencia biográfica y de lo que deseamos para nuestras hijas e hijos? La colonización de las conciencias cuenta con un arma poderosísima: la manipulación del discurso, la perversión de las palabras. Urge desenmascarar esta estrategia…