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Redacta Carolina Ferrer

–  Mario, ¿cuál es tu labor dentro de USTEA?

Actualmente soy en Responsable Federal de Comunicación de la organización, una responsabilidad que llevo desarrollando desde el año 1999, creo. Desde hace dos años podemos decir que esta responsabilidad en estrictamente política, ya que fui elegido Responsable del área de Publicaciones de Confederación Intersindical y esta es mi principal tarea, aunque siempre que puedo apoyo “técnicamente” a los compañeros que llevan la parte de desarrollo físico del trabajo y siempre intento ejercer mi responsabilidad política, aunque ya se va pareciendo más a un trabajo colaborativo y de equipo. 

– Te imaginamos desde bien temprano conectado a la pantalla de tu ordenador y con el móvil enchufado, ¿es realmente así?; ¿cómo es tu día a día?

 Pues sí, es realmente así, aunque el móvil no empiece a sonar hasta las 8.30 o las 9.00.

Las responsabilidades familiares exigían cambios en mi horario de trabajo al mismo tiempo que el trabajo exigía también cambios y ampliación, y tuve que cambiar mis hábitos.

Cuando sólo la información la transmitíamos a través de papel la cosa era distinta, pero a partir de mi incorporación como responsable de Comunicación puse en marcha la página web, por cierto la primera de un sindicato de enseñanza en Andalucía, y esto exigía que, cuando la gente se hubiera despertado, ya estuviera actualizada. Poco a poco se iban incorporando canales de acceso a la información nuevos que actualizaban diariamente sus web: boletines oficiales, consejerías, medios de comunicación, etc., además de que empezaba a usarse el correo electrónico para casi todo. Inmediatez que necesariamente provocaba cambios en la manera de afrontar este trabajo.

Así que día a día hay que levantarse sobre las seis de la mañana y ponerse a actualizar, elaborar, contestar, etc. para que no nos pille el toro. Normalmente estoy muchas horas delante de la pantalla porque hay que elaborar y diseñar muchos materiales, pero también tengo que salir a imprenta para supervisar algún trabajo o envío, ir a la sede de Granada para alguna reunión, reuniones orgánicas de USTEA, de Confederación Intersindical o STEs, que me tienen algunas veces fuera un par de días.

El móvil, por supuesto no deja de funcionar, me quejo muchas veces de que tengo que dedicar demasiado tiempo a contestar a llamadas mientras estoy trabajando, el manos libres es compañero inseparable tanto en el coche como delante del ordenador.

Las tareas sindicales no casan bien con la vida familiar, con la privada, y eso de tener que trabajar en julio y parte de agosto no lo terminamos de llevar bien, pero es necesario, qué le vamos a hacer…

–          ¿Hay que ser un apasionado de la informática para realizar bien este trabajo?

No es una condición indispensable, lo que si hay que conocer y manejar es un montón de programas específicos y profesionales de diseño gráfico y edición, y por supuesto casi todos relacionados con edición web y comunicaciones. Es evidente que terminas siendo un enamorado de todo esto, porque además este presente, el de los canales de comunicación que se abrieron estos últimos diez años a la gran mayoría de personas, siempre han sido útiles y ahora son indispensables en la tarea sindical. En la información eficaz y ágil USTEA ha sido pionera, y lleva por bandera como compromiso y garantía de transparencia, coherencia y democracia. Y de la Educación ni hablamos, definitivamente se han convertido en la “vía intravenosa” para que la educación y el conocimiento sea generalizado, global, es otra garantía y USTEA tiene que estar en ello…, o eres un apasionado o no podrías estar en todo, al menos comprendiéndolo.

–          Nos han comentado que eres un enamorado de la buena música, ¿qué es El Bonoblues?

Yo enmarcaría esta faceta de mi vida, que nunca he cerrado pero que sí tuve que aplazar hace cuatro años, en el terreno de la necesidad de comunicar también…, de ofrecer. Desde los 17 años, en que me compré una emisora de radioaficionado y contactaba con gente de casi todos los continentes este era un campo que me apasionaba…, y un camino irremediable también el que seguí. Fui de los que pusieron en marcha la emisora municipal de mi pueblo, como colaborador, Radio Contadero en Huétor Vega (Granada), y más tarde de los fundadores de Radio Huétor Vega, radio libre auspiciada por la Asociación de Vecinos de mi pueblo.

Casi 30 años haciendo programas de radio de diferentes temáticas, y colaborando con otras radios, que entre el año 2000 al 2006 concluyeron, al menos por ahora, con un programa dedicado al Blues, al Soul  y al Jazz que se llamaba El Bonoblues, era semanal y era la niña de mis ojos, además de permitirme una hora de relajación delante de los micrófonos ofreciendo mis propias sensaciones y mis sensaciones musicales a la gente que me oía. Una pasión que tendré que retomar, aunque sea cuando me jubile.

–          Y nos resulta inevitable preguntarte por tu llegada a USTEA ¿cuándo y cómo fue?

Pues fue allá por el año 1.992. Yo tenía buenos amigos en USTEA de Granada, llevaba unos años trabajando en pueblos alejados de la capital y fui destinado, definitivo por fin, a un pueblo que se llama Algarinejo, en el límite con la provincia de Córdoba, me quedaba allí a vivir, aunque la distancia me permitía venir durante la semana si tenía mono de amigos o de bullicio. Las compañeras y compañeros de USTEA en Granada me ofrecieron disponer de una liberación de miércoles para visitar la zona y echar una mano en la sede ese día si allí me necesitaban, y acepté. Así empezó todo…, en las elecciones sindicales del 94 USTEA fue la más votada en la mesa de mi zona, éramos muy poquitos, por cierto. Dos años después se me ofreció la posibilidad de asumir una responsabilidad provincial de acción sindical con dedicación total y también acepté…, por aquí empezó todo.

–          Para terminar, Mario, ¿por qué USTEA?

No fue USTEA mi primer sindicato de afiliación. Siempre he creído en la necesidad de tener afiliación a una organización sindical, y si es militante esa afiliación mejor. Empecé en otra organización sindical, de clase, en la que estuve sólo dos años. Después de una asamblea en Granada donde me intentaron convencer de por qué ya habían firmado un acuerdo con la Consejería de Educación, sin preguntar a nadie antes, de lo que me convencieron es de que no iban a ser mi sindicato a partir de ese momento, así que dos días después me di de baja.

USTEA representaba ya entonces otro sindicalismo, otra manera de hacer las cosas…, y el asamblearismo como seña de identidad. Eso unido a su actividad sociopolítica y solidaria y a los principios ideológicos que la sustentan, tanto generales como los referidos a la concepción de escuela y educación, de sociedad…, me llevaron a USTEA. Era otro inevitable camino.