La PPIINA advierte: ¡la reforma de Ciudadanos es una trampa peligrosa!
Comunicado aprobado en la asamblea de la PPIINA. 11 de Junio de 2016
www.igualeseintransferibles.org
La atención a los permisos de maternidad y paternidad en la actual campaña electoral refleja, en primer lugar, que la sociedad española ya no tolera que el permiso de paternidad solamente dure la octava parte que el de maternidad (2 semanas frente a 16). Por otro lado, las familias necesitan desesperadamente más tiempo total para atender a sus criaturas durante los primeros meses. Pero, a la hora de la verdad, ¿qué nos proponen los partidos? ¿Qué harán?
Todos los partidos se han mostrado de acuerdo en la necesidad de establecer un calendario para equiparar el permiso de paternidad a las 16 semanas, de tal forma que cada persona progenitora tenga su permiso de igual duración, intransferible y pagado al 100% del salario. La pertinencia de esta reforma, que atendería la doble demanda social de igualdad y de mayor tiempo de cuidado para el bebé, se ha votado por unanimidad en el Congreso de los Diputados dos veces: en 2012 y en 2016.
Sin embargo, Ciudadanos propone ahora una reforma completamente diferente, que ya se reflejó en su Acuerdo de Gobierno con el PSOE: 8 semanas intransferibles y pagadas al 100% para cada persona progenitora, más 10 semanas “de libre distribución” dentro de la pareja.
La PPIINA advierte contra el peligro de este diseño de los permisos que, bajo la apariencia de igualdad, en la práctica consolidaría la desigualdad mediante la trampa de los permisos transferibles. En el anterior comunicado explicamos que, si esta reforma se llevara a cabo, las madres se verían presionadas para tomarse toda esa parte “de libre distribución”, como pasa en todos los países donde ya existen dichos permisos: los padres sólo se toman mayoritariamente los permisos intransferibles y bien pagados.
Ciudadanos declara no poder predecir quién se tomará la parte “de libre distribución” en el caso de España. Pero la PPIINA está en condiciones de afirmar categóricamente que Ciudadanos conoce estas evidencias empíricas. Entonces, ¿por qué se saca C’s de la manga esa propuesta, si sabe que los permisos iguales, intransferibles y pagados al 100% son una condición sine-qua-non para que los padres se tomen el mismo tiempo que las madres? Muy sencillo: porque su objetivo no es la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres para que ambos puedan desarrollar su vida familiar y profesional. Por el contrario, el modelo que pretende imponer Ciudadanos es el de que las madres se tomen un permiso largo y que los padres sigan “ayudando” con unos días o unas semanas. Esto es lo que han hecho ya algunos gobiernos en Europa, que siguen cantando odas a la corresponsabilidad pero en la práctica regulan los permisos para impedirla.
Ciudadanos apela a Suecia, donde efectivamente existen permisos transferibles desde 1974, mayoritariamente disfrutados por las madres como en todos los demás países. Por ello, los sucesivos gobiernos suecos han reconocido que la reforma de 1974 fue un error, reparado sólo en parte con los 3 llamados “meses del papá”, y que la individualización total de los permisos es su gran asignatura pendiente.
Es altamente curioso que C’s sólo se fije en esta asignatura pendiente de Suecia, ignorando las muchas asignaturas aprobadas por este país con un estado de bienestar avanzado y un mercado de trabajo estable; condiciones que atenúan los efectos negativos de su aún desigual sistema de permisos. No nos engañemos: el modelo de Ciudadanos no es Suecia sino otros países más similares al nuestro en precariedad laboral y bajo desarrollo del estado del bienestar, y con regulaciones de los permisos que también se impusieron apelando al modelo sueco pero que, a la hora de la verdad, se acompañaron de pequeños detalles para no llegar ni siquiera a esos “meses del papá”.
El ejemplo más ilustrativo de la catástrofe que se nos avecina, si no lo impedimos, es Estonia. Este es el país europeo que tiene el permiso más generoso para las madres: 104 días de permiso de maternidad y a continuación 435 días de permiso transferible, lo que hace un total de 19 meses pagados al 100% del salario. Los padres tienen 2 semanas, que se pagan o no “según la situación económica lo permita”.
Estonia es también, precisamente, el país europeo con mayor brecha salarial de género, lo que no es sorprendente si consideramos que ese sistema tan desigual se combina con la inestabilidad laboral y la falta de servicios públicos; y lo mismo puede suceder en España. Si ahora solamente el 55% de las madres españolas vuelven a su anterior puesto de trabajo después de 16 semanas de permiso (OIT, 2014), ¿qué sucedería cuando ellas faltaran mucho más tiempo y los padres no faltaran en la misma medida?
Los permisos transferibles se nos venden como ideales para permitir la “libertad de elección familiar”. Sin embargo, en la práctica van acompañados de múltiples reglas y restricciones que solamente conducen a la única libertad de elegir que les interesa a sus promotores: la libertad de aquellos hombres que quieren seguir sin implicarse en los cuidados. En cambio, no respetan ni un ápice la libertad de los numerosos hombres que quieren ser corresponsables, ni la libertad de las mujeres que quieren mantenerse en el empleo de calidad.
Por todo ello, advertimos que la única manera de avanzar hacia un sistema igualitario es aprobar la reforma que propone la PPIINA. Una reforma que no solamente conduciría a un uso equilibrado de los permisos sino que es la única justa, porque los permisos deben ser iguales, individuales, intransferibles (como todos los demás derechos sociales) y pagados al 100%, para que ninguna persona tenga que quedarse sin sus ingresos ni ver perjudicado su empleo.
Sólo Unidos Podemos ha adoptado íntegramente la propuesta de la PPIINA. El PP no propone cambios al sistema y el PSOE declara su acuerdo con el objetivo pero sin comprometerse con un calendario completo hasta la equiparación. La PPIINA emplaza a todos los partidos a que lleven laProposición de Ley de la PPIINA al orden del día del Pleno del Congreso de los Diputados en cuanto se constituya, y desde luego antes de que se cuele por la puerta trasera una reforma que escamotee el objetivo de igualdad, cuyas consecuencias serían irrepar.