Entrevista a Juan Rafael Montilla de USTEA Jaén: "Mis experiencias personales han ido conformando a lo largo de los años un modo de ver la vida, de concebir la existencia de los seres humanos, como una lucha constante entre explotadores y explotados".

29 - noviembre - 2010 Sin categoría

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En aras de acercaros al lado más personal de las gentes que trabajamos en USTEA, os presentamos una serie de entrevistas que queremos que reflejen otra cara, más humana, de las/os responsables sindicales.

 

Si el día a dia en USTEA Jaén pudiese resumirse en unas pocas palabras, ¿cuáles serían?

 

Creo que podría resumirse en una sola: trabajo. El día a día en una organización sindical que cuenta con unos recursos humanos limitados, como es el caso de USTEA, obliga a optimizar al máximo la jornada laboral. Evidentemente, esta a veces no da más de sí y hay que ampliarla varias horas o incluso días no laborables. Pero no me quejo: a pesar de que la dedicación sindical requiere un sobreesfuerzo en muchos sentidos, las satisfacciones suelen ser más que las decepciones.

 

¿Han determinado tus vivencias personales el hecho de estar hoy trabajando en USTEA? ¿En qué sentido?

 

Evidentemente, a un sindicato como USTEA se llega únicamente por la vía del compromiso. Mi entorno familiar, mi formación intelectual y mis experiencias personales han ido conformando a lo largo de los años un modo de ver la vida, de concebir la existencia de los seres humanos, como una lucha constante entre explotadores y explotados. Hoy en día esta distinción se ha ido diluyendo en las apariencias, pero no puede negarse que en el mundo actual, incluído nuestro entorno inmediato, siguen existiendo factores que diferencian a las personas según criterios económicos y sus derivados: sociales, raciales, politicos, de género, ideológicos… En un momento determinado entendí que a través del sindicalismo, y concretamente del modelo propuesto por USTEA, podría aportar mi modesta contribución a paliar las diferencias establecidas a través de esos criterios.

 

Desde el punto de vista humano, ¿qué aporta un sindicato como USTEA Jaén a los docentes de tu provincia?

 

Creo que lo primero que busca una persona que se acerca a USTEA es comprensión. Tenemos la obligación de empatizar con quienes nos demandan información, ayuda, colaboración… Personalmente, siempre he procurado desarrollar mi trabajo en el sindicato poniéndome en la piel de la otra persona. A veces, la vorágine del día a día puede hacer que nos perdamos en órdenes, reglamentos, decretos, directrices, instrucciones… Hemos de procurar, ante todo, bucear dentro de esa maraña burocrática e impersonal para llegar al fondo, no ya del problema en sí, sino de cómo ese problema afecta a la persona en concreto. En USTEA sabemos que ese es el mejor camino para ayudar a la gente.

 

Por tus respuestas, está claro que eres una persona comprometida con lo que ocurre a tu alrededor. ¿Cuando termina tu jornada laboral continúas el día con otro tipo de actividades? Háblanos un poco de ello.

 

Tengo que decir que mi trabajo en USTEA no me deja mucho tiempo para otras actividades, pero también es cierto que el marchamo sociopolítico del sindicato favorece la participació

n en otro tipo de compromisos de carácter social. Muchas veces es difícil acudir a todos los lugares a los que te gustaría o desde los que te llaman, pero hago todo lo posible por compatibilizar la tarea puramente sindical con foros donde se tratan temas como la crisis económica, la precariedad laboral, la inmigración o las cuestiones de género.

 

Imagino que después de todo lo que nos has contado te queda poco tiempo para el esparcimiento pero, ¿qué te gusta hacer en esos momentos?

 

No podría decir que esos pocos ratos libres de los que dispongo estén ocupados por un único hobbie en el que me vuelque por completo. Me gusta el arte en general, disfruto paseando por las zonas históricas de las ciudades y pueblos andaluces, intento no perderme una buena exposición de pintura o fotografía. Por cierto, esta es una de mis aficiones preferidas, aunque aún soy un mal fotógrafo amateur. Cuando estoy solo en casa y quiero relajarme un rato suelo intentar sacar algunos acordes de guitarra sin importunar mucho a los vecinos. Y, por encima de todo, me encanta viajar: prácticamente a donde sea, cuando sea, como sea… Y siento debilidad por una cala virgen y solitaria donde pueda disfrutar plenamente de la naturaleza.