Tras más de una década desde la última aplicación generalizada de las pruebas de diagnóstico, el curso pasado nos vimos sorprendidos por su reaparición, impuesta sin diálogo ni transparencia. Lamentablemente, este curso la Consejería de Educación reincide en el error, tropezando de nuevo en la misma piedra.
Desde su origen, toda la comunidad educativa ha expresado con claridad su rechazo a unas pruebas que se perciben como carentes de sentido pedagógico. Sorprende, además, que su implantación haya sido ocultada a las organizaciones sindicales presentes en la Mesa Sectorial de Educación, tanto el curso anterior como en el actual. En USTEA interpretamos que cuando se actúa con opacidad es porque no se dispone de argumentos sólidos para justificar determinadas decisiones, o bien porque se persiguen fines que no se quieren reconocer públicamente.
Nos resulta aún más alarmante que, tras el fiasco del curso anterior, la Consejería persista en una práctica cuya inutilidad quedó demostrada. Las pruebas no cumplieron con los objetivos que la propia Junta de Andalucía les atribuyó, tal como se recoge en su normativa:
“Esta evaluación tendrá carácter informativo, formativo y orientador para los centros, el profesorado, el alumnado, las familias o personas que ejerzan la tutela legal del alumnado, así como para el conjunto de la comunidad educativa.
Los centros docentes deberán incluir los resultados de estas evaluaciones en sus planes de mejora y en sus memorias de autoevaluación.”
Sin embargo, la realidad fue bien distinta: los resultados se remitieron a las familias sin previo aviso y en fechas tan tardías como diciembre, cuando el curso ya había concluido, las memorias de autoevaluación se encontraban cerradas y las programaciones anuales del siguiente curso estaban en marcha. ¿Qué utilidad puede tener una evaluación diagnóstica cuyos resultados llegan con un trimestre de retraso? Esta incoherencia revela el sinsentido de unas pruebas que solo generan sobrecarga burocrática y estrés innecesario al alumnado.
El profesorado lo tiene claro:
“Estas pruebas no sirven para nada, solo generan más presión sobre el alumnado y aumentan la carga burocrática del docente. Son instrumentos al servicio de estadísticas manipulables con las que las administraciones presumen, mientras se derrochan recursos públicos en medidas ineficaces”.
Los días 13 y 14 de mayo en 4º de Educación Primaria y los días 15 y 16 de mayo en 2º de Educación Secundaria Obligatoria se realizarán, una vez más, estas pruebas estandarizadas, que ignoran la diversidad del alumnado y la realidad de los centros educativos andaluces.
Desde USTEA manifestamos nuestro más firme rechazo a toda forma de evaluación externa impuesta que cuestione la profesionalidad del profesorado, rompa con los procesos de aprendizaje y responda a intereses ajenos al ámbito educativo. Este modelo de evaluación estandarizada no busca mejorar la enseñanza, sino preparar al alumnado para integrarse en un mercado laboral que lo concibe como mano de obra barata y acrítica. Al mismo tiempo, fomenta la competencia entre centros, generando rankings segregadores y distorsionando la finalidad educativa.
Recordamos que una evaluación de calidad en las etapas de Primaria y Secundaria debe ser continua, global, formativa y orientadora. Las pruebas externas, planteadas de forma aislada y desconectadas del proceso real de enseñanza-aprendizaje, contradicen esta concepción, reduciendo la evaluación a un acto puntual, descontextualizado y carente de valor pedagógico. Además, suponen un cuestionamiento implícito del trabajo docente, de la labor de los equipos directivos y de la propia Inspección Educativa, al recurrir a personal externo para otorgar validez a los resultados.
A esto se suma la carga burocrática que conllevan: los equipos directivos deben gestionar múltiples tareas administrativas en la plataforma Séneca, organizar claustros, designar correcciones, etc., mientras que el profesorado debe asumir la preparación, corrección y justificación de unas pruebas con las que no está de acuerdo.
Recordamos a la Consejera de Educación que estas pruebas no cuentan con el respaldo de la comunidad educativa. Desde 2011 se han registrado numerosas acciones de protesta: paros parciales, objeción por parte de familias, y movilizaciones que en 2013 llegaron a impedir su realización en numerosos centros educativos. Incluso el propio Partido Popular, cuando se encontraba en la oposición, exigió su retirada, como demuestra esta noticia publicada en prensa:
https://www.diariodesevilla.es/andalucia/Concluyen-Educacion-PP-exige-retirada_0_695930852.html
¿QUÉ EXIGIMOS DESDE USTEA?
- La retirada inmediata de cualquier tipo de prueba estandarizada y externa.
- Que la evaluación del alumnado se base en los procesos reales de aprendizaje, desde una mirada integral y humanista, y no en meros resultados cuantitativos.
¿QUÉ PUEDES HACER?
Como padre, madre o tutor/a legal:
- Reúnete con la AMPA de tu centro y presenta un escrito de desacuerdo.
- No lleves a tus hijos/as al colegio el día de la prueba.
Como docente:
- Informa a las familias y explícales las razones por las que te opones a estas pruebas.
- Participa en las acciones de protesta convocadas por USTEA.
¿QUÉ VAMOS A HACER DESDE USTEA?
- Exigiremos a la Consejería los informes y pruebas que justifiquen la supuesta utilidad de estas evaluaciones, así como el desglose del gasto económico que implican.
- Daremos voz al profesorado y a las familias que se oponen a esta imposición.
- Denunciaremos públicamente, en los medios de comunicación, este nuevo atropello de la Consejería de Educación a los derechos de la comunidad educativa andaluza.
USTEA reitera su compromiso con una educación pública de calidad, centrada en el desarrollo integral del alumnado y en la autonomía profesional del profesorado.

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