El programa de verano ideado por la Consejería de Educación y Deporte es una sarta de disparates que nada aporta para resolver el problema del llamado fracaso escolar, como bien han estimado tanto familias como profesorado dado el escaso interés mostrado hacia una de las propuestas “estrella” de la administración educativa andaluza.
Porque, al margen de otras muchas consideraciones que ya hemos expuesto, es absolutamente injustificado desde cualquier punto de vista pretender que la permanencia en los centros durante el mes de julio vaya a beneficiar en algo al alumnado. Y que no se atrevan a llamar a esto “conciliación de la vida familar” ni nada parecido: conciliar pasa precisamente por todo lo contrario, por establecer medidas en los centros de trabajo que permitan pasar mayor y mejor tiempo compartido.
Ya está bien de operaciones de maquillaje y políticas cortoplacistas. Señor Consejero, señora Viceconsejera: ¿Piensan invertir alguna vez en recursos, instalaciones y plantillas con actuaciones que formen parte de una estrategia global?