La intervención del consejero Imbroda ante la sesión plenaria del Parlamento andaluz, celebrada el pasado miércoles, ha dejado en evidencia una vez más la servidumbre de su gobierno hacia los postulados xenófobos y castrantes que defiende la extrema derecha. La educación para la democracia no es una opción, la igualdad y el respeto a la diversidad han de tener garantías en nuestro sistema educativo e impregnar toda la actividad docente. Son los claustros de profesorado y los consejos escolares de los centros los encargados de velar por ello.

El llamado pin parental que propone la ultraderecha de Vox, no es más que el producto de conciencias abyectas y morales perversas de una indecencia que asusta. Está tendenciosamente dirigido contra la educación afectivo-sexual con el objetivo de eliminarla del currículum escolar, dejando al alumnado como presa fácil de la industria pornográfica. También apuesta por actitudes prejuiciosas y concepciones trasnochadas del mundo, cuestionando los derechos cívicos universales y los avances contrastados de la ciencia y el conocimiento. 

El pin parental menoscaba muy seriamente la necesaria relación de confianza entre las familias y los centros educativos, una condición necesaria para la mejora de la calidad de la enseñanza.

El pin parental que propone la caverna reaccionaria y tanto gusta a la jerarquía eclesiástica, desprecia la labor docente y lamina su reconocimiento y prestigio social.

El pin parental atenta contra varios artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos, de la Convención Internacional de los Derechos de la Infancia, de la Constitución española, de la legislación educativa, de la ley orgánica que impulsa la igualdad real entre hombres y mujeres…

Como decíamos en el encabezado y tomando prestadas las palabras de Marian Moreno, prestigiosa experta en coeducación capaz de conjugar la persecución ideológica con el reconocimiento internacional, todo pin tiene su puk. 

Animamos a toda la comunidad educativa a mantener una vigilancia estrecha para detectar comportamientos homofóbicos o de incitación al odio, a defender con firmeza la educación en el respeto a la diversidad y a favor de la igualdad, basada en el conocimiento científico y el rigor histórico, la defensa de los derechos humanos y el cuidado y la conservación del medioambiente.

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