Desde USTEA denunciamos que la comunidad educativa andaluza vuelve a enfrentarse a temperaturas extremas en sus centros sin que la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional haya aplicado medidas estructurales eficaces. Es ya el segundo episodio de calor intenso en este curso escolar, y la administración sigue sin garantizar unas condiciones térmicas seguras.
Cinco años después de la aprobación de la Ley de Bioclimatización, apenas un 6,14% de los centros públicos andaluces cuenta con sistemas de climatización adiabática. Esta cifra pone en evidencia el abandono institucional y el incumplimiento de una norma que fue conquistada por la lucha de la comunidad educativa.
Los datos hablan por sí solos. A través del formulario lanzado por USTEA, hemos recibido decenas de testimonios desde centros de todas las provincias andaluzas. Las incidencias recogidas muestran una realidad repetida y generalizada: aulas que superan los 30 grados sin climatización funcional, equipos instalados que no se activan por falta de personal técnico, soluciones improvisadas como ventiladores antiguos o toldos, y casos de mareos, fatiga e incluso desmayos entre el alumnado y el profesorado.
Hemos recibido denuncias graves desde muchas de localidades de todas las provincias y estas reflejan un patrón común: falta de planificación, abandono de las instalaciones, desigualdad territorial y una preocupante exposición al estrés térmico. Esta situación no puede considerarse una cuestión de confort: es un problema grave de salud laboral y que impide en ocasiones el derecho a la educación. El estrés térmico puede provocar cefaleas, pérdida de concentración, bajadas de tensión y, en casos extremos, golpes de calor. Sin embargo, los centros no disponen de medios suficientes para hacer frente a estas condiciones. El protocolo de altas temperaturas publicado en 2023 ha resultado claramente insuficiente, ya que traslada la responsabilidad a los equipos directivos sin dotarlos de recursos reales ni de una planificación clara.
Ante este problema, que lejos de ser puntual se repite año tras año y que, previsiblemente, irá a peor debido al cambio climático, la única respuesta ofrecida por la Consejería es la posibilidad de interrumpir la actividad lectiva a partir de las 12:00 horas. Esta medida no solo vulnera el derecho a la educación del alumnado en las zonas más afectadas, sino que además expone al profesorado y al alumnado que permanece en el centro a condiciones térmicas muy por encima de los umbrales recomendados por los expertos en salud laboral. Lejos de ser una solución, se trata de un parche que vuelve a descargar la responsabilidad en los centros sin ofrecer alternativas estructurales ni reales. Los ayuntamientos de las localidades que sufren estas olas de calor, como los municipios del Valle del Guadalquivir, son igualmente responsable de los colegios de infantil y primaria que muchos de ellos carecen de medidas de bioclimatización, falta de arboleda y de sombras.
Ejemplo de falta de previsión y de voluntad política para abordar el problema del calor en los centros educativos es la reciente comunicación de la Consejería a aquellos centros que cuentan con sistemas de climatización adiabática, financiados con fondos europeos. En dicha comunicación, se exige que el mantenimiento de estos equipos se realice a través de empresas certificadas, sin aportar ninguna partida presupuestaria adicional ni información clara sobre qué organismo asumirá esta responsabilidad en el futuro. Esta medida ha generado una lógica preocupación y malestar entre los equipos directivos, ya que se impone sin planificación, sin recursos y, como es habitual, sin haber sido comunicada previamente a las organizaciones sindicales, a las delegadas y delegados de prevención ni a los Comités de Seguridad y Salud.
Desde USTEA reiteramos nuestras exigencias: cumplimiento efectivo de la Ley de Bioclimatización, realización de auditorías térmicas urgentes y públicas, actualización y mejora inmediata de las instalaciones ya existentes, dotación de personal técnico y de presupuesto suficiente, y reconocimiento del calor como riesgo laboral.
Además, seguimos recopilando información sobre la situación térmica en los centros educativos públicos andaluces. Mantenemos activo nuestro formulario para seguir mapeando el problema y reforzar nuestras acciones sindicales. Si trabajas en un centro y estás viviendo una situación de calor extremo, te animamos a rellenarlo y a difundirlo entre tus compañeras y compañeros. También puedes presentar una comunicación de riesgos a la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales de tu Delegación Territorial por cualquier medio de registro oficial.
El calor no espera, y nuestra salud tampoco. Desde USTEA no vamos a dejar de denunciar que la Junta de Andalucía sigue abandonando la educación pública en plena emergencia climática. La ley está para cumplirse. Y no vamos a parar hasta que se cumpla.
DENUNCIA LAS ALTAS TEMPERATURAS CON NUESTRO FORMULARIO

0 comentarios