Hace unos días se publicó, al fin, la convocatoria de los Programas para la Innovación Educativa (CIMA), una reformulación de lo que conocemos como Planes y Programas. Tanto en la Mesa Técnica, como en la Mesa Sectorial, desde USTEA hemos mostrado nuestro profundo desacuerdo con la forma en la que se ha acometido esta reorganización, con el momento elegido para llevarla a cabo y también con el fondo de la misma.
USTEA ha denunciado ante la administración la forma en la que se ha llevado a cabo el proceso de reformulación de estos programas, tan relevantes en la vida de los centros. No se ha contado en absoluto con las organizaciones sindicales como representantes del profesorado y tampoco con el resto de la comunidad educativa. Para la administración, haber pasado una encuesta, entre una pequeña muestra del profesorado, es participación suficiente en la elaboración de este proyecto.
Existe un profundo malestar entre el profesorado implicado en estos programas, pues no solamente no se ha contado con su participación en la reformulación de los mismos, es que a principios de noviembre, la administración aún no había facilitado información a los claustros y los centros que, a día de hoy, siguen sumidos en el desconcierto.
Respecto al contenido de la convocatoria de los programas, hay que señalar que no se observan novedades respecto a los programas, tal y como se venían desarrollando hasta ahora, salvo para empeorar en determinados aspectos:
- el profesorado participante no tendrá horario de reducción para dedicarse a la planificación y desarrollo de los programas
- los centros no contarán con ninguna dotación económica
- el papel de los claustros y los consejos escolares se reduce, respecto a la situación anterior, volcando la capacidad de decisión sobre casi todos los aspectos en las direcciones de los centros, sobrecargándolas de trabajo en detrimento de la participación de la comunidad educativa y de la democracia interna de los centros.