La falta de previsión, las deficiencias en infraestructuras y la insuficiente dotación de recursos y medios por parte de la Consejería de Educación ha provocado que la actividad docente se esté llevando a cabo en condiciones ambientales que no respetan la legalidad vigente, ante la necesidad de mantener puertas y ventanas abiertas.
El Real Decreto 486/1997 establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, concretando que, para los locales donde se realicen trabajos sedentarios la temperatura “estará comprendida entre 17 y 27ºC”. Si bien la legislación en materia de prevención de riesgos laborales es clara, el incumplimiento de la misma es sistemático por parte de la administración educativa, que no ha tomado ninguna medida excepcional para poder garantizar unas condiciones de trabajo para el profesorado y para el alumnado que se ajusten a la legalidad.
En este sentido, desde que este curso se iniciara, desde USTEA hemos venido denunciando este incumplimiento en numerosas ocasiones y diversas causas, que van desde la nula evaluación de los riesgos de los puestos de trabajo (tarea pendiente desde la publicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en 1995), hasta el incumplimiento de propio Plan de Prevención, pasando por la nula comprobación de las condiciones de ventilación en las aulas, a pesar de su importancia en la transmisión del coronavirus por aerosoles, o la deficiente aplicación de los protocolos ante casos positivos en numerosos centros, sin olvidar la desprotección del personal sensible ante la exposición al Covid-19.
La situación es especialmente grave ahora que nos encontramos inmersos en plena expansión de la tercera oleada de contagios, con un aumento constante de los casos y de la presión hospitalaria en los últimos días, y que se suma a otra ola, la ola de frío y bajas temperaturas, la administración continúa con una deplorable actitud de inacción ante los problemas reales de la escuela pública andaluza. Y es que, a falta de otro tipo de actuaciones, resulta imposible mantener unas condiciones de temperatura y humedad aceptables dentro de las aulas al tiempo que se mantienen ventanas y puertas abiertas para propiciar una ventilación del espacio. Si bien desde USTEA se ha venido advirtiendo en repetidas ocasiones sobre el advenimiento de este problema si no se tomaban las medidas necesarias, la respuesta de la administración ha sido nula, dejando caer los efectos de sus irresponsabilidad y desprecio sobre las espaldas de los y las trabajadores y del alumnado que está sufriendo una situación del todo inaceptable.
Además, desde USTEA llevamos años reclamando una mayor inversión en infraestructuras y bioclimatización de los centros educativos, ya que, si bien la actual situación de pandemia constituye un agravante de la problemática, no es nuevo que en las aulas andaluzas se incumpla la legislación sobre condiciones ambientales, ya sea por exceso como por defecto de temperatura, sin olvidar otros aspectos como el ruido, la ventilación o la humedad.
Por todo ello, desde este sindicato exigimos que se tomen medidas con carácter de urgencia para corregir esta situación, ante la que no dudaremos en interponer requerimientos de intervención a la Inspección de Trabajo. La Escuela Pública andaluza tiene que plantarse ante el continuo desprecio y los reiterados ataques a los que le somete el gobierno andaluz.