Otra ola de calor, mismas carencias: la Junta sigue sin cumplir la Ley de Bioclimatización
Desde USTEA denunciamos que, una vez más, la comunidad educativa andaluza afronta una nueva ola de calor en condiciones inaceptables. Pese a los anuncios del presidente Moreno Bonilla y de la Consejería de Educación, la realidad es que nada cambia en la mayoría de los centros: las medidas propuestas son insuficientes, con financiación no andaluza y no responden a la magnitud del problema.
El Gobierno andaluz habla de 80 centros incluidos en el plan actual, una cifra ridícula si la comparamos con los alrededor de 400 que se han climatizado desde en 2019 de los más de 4500 centros educativos públicos andaluces. Tampoco una segunda fase anunciada del plan de confort térmico supone un avance real: se limitan a dar pequeñas partidas económicas a los centros para toldos, ventiladores o reparaciones, trasladando de nuevo la responsabilidad a los equipos directivos y dejando de lado el verdadero espíritu de la Ley de Bioclimatización, que exige medidas estructurales para combatir los efectos del cambio climático en las aulas.
Lejos de garantizar soluciones de fondo, la Consejería sigue optando por salidas improvisadas costosas y poco eficaces que únicamente buscan cubrir el expediente. Como ya denunciamos a final del curso pasado, los sistemas instalados carecen de un plan de mantenimiento real, no hay previsión presupuestaria estable y los centros siguen dependiendo de soluciones improvisadas mientras alumnado y profesorado sufren temperaturas extremas en las aulas.
No se trata de una cuestión de confort, sino de salud laboral y de derecho a la educación. El estrés térmico puede provocar mareos, fatiga, debilidad, dificultades en la concentración, cefaleas e incluso desvanecimientos, poniendo en riesgo a miles de estudiantes y docentes. Y, mientras tanto, la Junta sigue incumpliendo una ley conquistada por la lucha de la comunidad educativa.
Desde USTEA reiteramos nuestras exigencias: cumplimiento efectivo e inmediato de la Ley de Bioclimatización, auditorías térmicas públicas y urgentes, inversiones estructurales con presupuesto suficiente, dotación de personal técnico y planificación a medio y largo plazo. Las olas de calor no son una excepción, son una realidad cada vez más frecuente, y la administración no puede seguir escondiéndose detrás de medidas propagandísticas.
El calor no espera y nuestra salud tampoco. No vamos a dejar de señalar la falta de voluntad política de la Junta de Andalucía: la ley está para cumplirse, y no vamos a parar hasta que se cumpla.



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