La confederación de STEs-i, de la que forma parte USTEA, rechaza las medidas que se están anunciando para la desescalada del estado de alarma en el ámbito escolar. Las medidas que está proyectando el Gobierno central, tal y como hasta ahora se han dado a conocer a través del documento publicado por el Ministerio de Sanidad sobre Previsión orientativa para el levantamiento de las limitaciones de ámbito nacional, nos sorprenden y llenan de preocupación.
De manera concreta el Gobierno pretende que en la segunda fase de la desescalada se abran las aulas de Educación Infantil (niños y niñas menores de 6 años) para que sean atendidos en los casos en los que sus progenitores tengan que trabajar y dicha actividad laboral no pueda sustituirse por teletrabajo. Con carácter voluntario para el alumnado, se reanudará la actividad presencial en los centros en los niveles de 4º de ESO, 2º de bachillerato, 2º de FP de grado Medio y Superior y último año de Enseñanzas de régimen especial (Conservatorios, EOI, Artes, etc.). También, con carácter voluntario para el alumnado, se abrirán los centros de Educación Especial.
Esta Confederación valora muy negativamente estas medidas por los graves interrogantes que plantean tanto desde un punto de vista organizativo como sanitario. Organizativamente vemos imposible conjugar, con las actuales plantillas docentes, seguir atendiendo mediante el teletrabajo a la mayoría del alumnado, y, a la vez, acudir a los centros educativos para atender presencialmente al resto en los niveles y etapas que ha fijado el Gobierno. Desde el punto de vista sanitario la preocupación es enorme pensando en la posibilidad de que colegios e institutos se puedan convertir en focos de infección, y docentes, personal de administración y servicios y alumnado en vectores de transmisión de la enfermedad.
Mención aparte nos merece el asunto de convertir las aulas de Educación Infantil en simples guarderías para facilitar la conciliación laboral de las familias en las que ambos progenitores trabajen fuera de casa. Rechazamos esta visión de esta etapa, tan educativa como las del resto del sistema y a la que se confiere, incomprensiblemente, una función social que no le corresponde.
En cualquier caso, desde esta Confederación entendemos que las medidas que promueve el Gobierno central solo serían posibles si se dan dos circunstancias:
- 1ª.- Que se extremen en los centros educativos las medidas higiénicas, se desinfecten a diario todas sus dependencias, se provean de equipos de protección individual (mascarillas, guantes, etc.) tanto a alumnado como a profesorado y personal de administración y servicios, y se tomen todas las medidas organizativas necesarias (ratios, distintos horarios de incorporación y salida, pantallas de separación, etc.) para asegurar el distanciamiento social de todas las personas que van a convivir en colegios e institutos.
- 2ª.- Que se produzca un incremento de las contrataciones de personal para que el trabajo presencial en los centros educativos se asuma por parte de nuevos docentes, y así posibilitar que todo el profesorado que ahora está trabajando (en horarios extendidos desde la mañana hasta la noche) desde sus domicilios, pueda seguir atendiendo a la mayoría de su alumnado que no va a acudir a colegios, institutos, centros de Régimen especial y de Educación Especial.
En todo caso, y como reflexión final, queremos dejar claro que no compartimos para nada la idea de realizar este enorme esfuerzo organizativo y sanitario para que una parte minoritaria del alumnado vuelva a las aulas, en el mejor de los casos, durante solo cuatro semanas y después de más de dos meses de confinamiento. Creemos sinceramente que toda la energía de la administración educativa debiera estar centrada en ir pensando la gestión del comienzo del curso siguiente.