Los días 7, 8 Y 9 de Mayo se realizaron las pruebas de evaluación de diagnóstico, en las que se hizo participar al alumnado de 4º de Primaria y 2º de ESO. Como denunciamos entonces, estas pruebas externas y estandarizadas no tienen en cuenta la singularidad de cada alumna y alumno ni la realidad de cada centro. Además, perdieron todo su posible sentido cuando se filtraron masivamente, de nuevo, días antes de su realización.
A pesar de que la Consejería ha defendido -contra la opinión abrumadoramente mayoritaria de la comunidad educativa- la utilidad e importancia de estas pruebas, lo cierto es que terminado el curso y tras la primera semana de vacaciones escolares, ni los centros ni las familias ni el alumnado conocen los resultados de las mismas. La comunidad educativa tuvo que cumplir con su obligación y someterse a este experimento, pero la Consejería, una vez más, no ha hecho los deberes y ni siquiera ha dado a conocer el resultado de unas pruebas que se vendieron como de “gran importancia para guiar el proceso educativo”.
Los únicos resultados ciertos a día de hoy son: gasto innecesario, sobreesfuerzo del profesorado y estrés para el alumnado. Estas pruebas suponen un alto coste económico para su realización, tareas añadidas para el ya desbordado profesorado y el sometimiento del alumnado a unas pruebas largas y descontextualizadas de su quehacer diario. Y además de todo, no han arrojado ninguna información relevante a día de hoy y, por lo tanto, no han servido para nada en absoluto. O al menos, la administración educativa no ha publicado estos datos, no sabemos si porque son irrelevantes, si porque contradicen sus planteamientos o por simple y pura dejadez y negligencia.
Las cuestionadas pruebas de diagnóstico se han realizado este curso tras una década sin llevarse a cabo. La comunidad educativa se opuso a ellas desde el primer momento, convocándose incluso paros parciales docentes y llamamientos de las familias al vaciado de aulas en el año 2013, curso en el que se consiguió que no llegaran a celebrarse en muchos centros educativos. Este curso, por sorpresa y sin negociación o comunicación a la Mesa Sectorial ni al Consejo Escolar de Andalucía, se han impuesto de nuevo, en una maniobra inexplicable por parte de la Consejería, teniendo en cuenta que el actual partido del gobierno se opuso a las mismas cuando estaba en la oposición.
Por todo ello, desde USTEA:
- Solicitamos a la Consejería información sobre los resultados de las pruebas de diagnóstico y la supuesta utilidad de los mismos para el sistema educativo público andaluz
- Reiteremos nuestra oposición a cualquier tipo de prueba externa que trate de homogeneizar a un alumnado que es tan diverso como la sociedad, que cuestione la profesionalidad del profesorado y su objetividad evaluadora y que puedan dar lugar al establecimiento de rankings segregadores
- Exigimos que no vuelvan a imponerse pruebas de este tipo en la Educación Pública