La sesión extraordinaria de la Mesa Sectorial de Educación giró en torno a la interpretación del Acuerdo de 19 de junio de 2020, suscrito por los sindicatos CSIF y UGT, con la Junta de Andalucía, en el ámbito de la Mesa General del Personal Funcionario, Estatutario y Laboral.
La Consejería de Educación vino a proponer a la Mesa Sectorial de Educación una interpretación del Pacto suscrito por la propia Administración en la Mesa General sólo unos días antes. Esto guarda cierta semejanza con aquello de la parte contratante de la primera parte, etc. Por no enredarles mucho y en resumen: La Administración entiende que el citado Acuerdo no afecta a los y las docentes y los dos sindicatos firmantes del mismo entienden justamente lo contrario, que sí les incluye. Incapaz de deshacer sus propios entuertos y proponer alternativas, la Administración, para colmo, nos recrimina una actitud alejada de la realidad y de las necesidades de las familias, amenazando con decretar sobre este asunto sin negociar. ¡Qué novedad!.
Desde USTEA, que ni somos firmantes de dicho Acuerdo, ni siquiera sus intérpretes, nos hemos limitado a aconsejar a nuestra afiliación junto a los lectores y lectoras de nuestra web, que solicitaran, si lo consideraban oportuno, acogerse a las medidas de conciliación previstas en el mismo, lo cual posibilitaría al personal con menores o dependientes a su cargo el teletrabajo hasta el 15 de septiembre con un 20% de presencialidad. Entendíamos que si el anterior acuerdo de la Mesa General, de 8 de mayo, fue de aplicación para el personal docente, por pura lógica, también éste.
USTEA en su turno de intervención opinó que los pactos de la Mesa General (donde sólo están CSIF, CC.OO y UGT) unas veces nos gustan más y otras, las más de las veces, menos. Pero que entendíamos que era competencia exclusiva de los firmantes interpretar su propio Acuerdo. Poco más teníamos que decir. Si acaso, nos gustaría reconducir los debates de la Mesa y demostrar una voluntad sincera de compromiso con la Enseñanza Pública más allá de la autocomplacencia, darnos un baño de realidad y sensatez y acometer con urgencia las serias dificultades por las que atraviesa el sistema educativo público andaluz.
Imbroda, ¡baja la ratio! ¡No más supresiones de aulas públicas!
La educación no es un negocio, es un derecho.