El Espacio Feminista de USTEA ha presentado denuncia, hoy día 31 de octubre, ante la Fiscalía de Málaga sobre el material repartido en los centros educativos de la Comunidad Autónoma de Andalucía por la organización HazteOír, en tanto que considera que atenta contra las libertades y la igualdad promovida desde nuestra Constitución Española.
Previamente, el Espacio Feminista ha registrado tanto en las distintas delegaciones territoriales de Educación, Igualdad, Polígicas Sociales y Conciliación; en la Consejería de Educación y Deporte, y en la de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, además de los distintos IAM de las provincias andaluzas un documento de DEUNUNCIA/QUEJA en el que se solicita la retirada inmediata de dichos materiales.
Todo esto, atendiendo estríctamente a la lectura del libro y folleto repartidos en los centros educativos públicos andaluces.
Nos sorprende que en pleno siglo XXI y con el trabajo que la sociedad lleva realizado, con una lucha constante por parte de los diferentes colectivos y las distintas Administraciones que son conscientes de cómo actual sociedad va avanzando en materia de igualdad y desarrollando proyectos, programas e incluso una necesaria legislación que nos ayude en este asunto, es totalmente inconcebible que el material que distribuye la organización citada esté en circulación. Un material que no hace más que tergiversar la realidad, manipular a la ciudadanía, malinterpretar las leyes e incluso nos atrevemos a decir que hacen un trabajo para promover el odio hacia los colectivos que no responden a su modelo de familia o a su modelo de amor.
Las mujeres quedan mal paradas, pero en el caso de las personas pertenecientes al colectivo LGTBI+, el odio y las faltas de respeto son más que evidentes en estos materiales y en sus argumentos.
Desde 2010, se viene desarrollando el Plan de Igualdad desde la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, con el único fin de normalizar lo que la sociedad viene demandando, y no es otra cosa que la necesidad de vivir en una sociedad libre para todas y todos, cumpliendo así con un texto tan básico como es la Constitución Española. La sociedad, que acoge y celebra en los centros educativos públicos este Plan, exige su continuidad, y la Consejería desarrolla el II Plan de Igualdad (2016-2021).
Las leyes se adaptan y participan de esta necesidad de búsqueda y consecución de la Igualdad, la sociedad avanza, y todas y todos debemos jugar al mismo juego. Nadie debe quedarse atrás, ni oculto, ni rezagado en el odio o el olvido.
En el material de HazteOír, podemos ver cómo se malinterpreta de forma intencionada todo atisbo de igualdad.
Desde la más absoluta manipulación, se habla de “ideología de género”, y, literalmente manifiesta que engloba tres objetivos claros:
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La destrucción de la familia para sustituirla por un buenismo igualitarista que rompe con la ciencia, con la razón y con la biología para entregarse a la ingeniería social.
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El intento de sustituir la libertad del ciudadano por el poder omnímodo del Estado.
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La imposición del `Establihsment´ político, cultural y mediático sobre los padres, que pierden la patria potestad con respecto a sus propios hijos.
Tras estos tres puntos, todo lo que sigue en el librillo distribuido atenta contra la sociedad, cayendo incluso en un delito de odio.
En el caso concreto de Andalucía, este colectivo se atreve a decir que la Ley integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales de la Comunidad de Andalucía (2014) es una ley de adoctrinamiento por parte del Estado.
Acusan a las leyes con temática de género de ser dictatoriales y de no respetar a aquellas personas que no respetan la diversidad. Esta falta de respeto y sensibilidad por parte de HarteOír ha quedado patente en las diversas actuaciones que ha ido desarrollando en contra de todos los colectivos que no se ajustan a su ideología religiosa y patriarcal. Lo que se contrapone de forma preocupante a todas las intervenciones en materia de género y diversidad que las distintas Administraciones han puesto en marcha (legislación, planes, proyectos…) con el único fin es dar cabida y proteger a quienes han sufrido y sufren una discriminación precisamente por parte de quienes no ven a todos y a todas iguales.
La posición de esta organización queda reflejada con palabras como las siguientes: “Todas las personas, absolutamente todas, merecen el mismo respeto y consideración. Pero eso no significa que el resto de la sociedad tenga que asumir como deseables sus gustos sexuales o su manera de vivir, y mucho menos que los colegios deban fomentarlos entre los menores”. Nos encontramos ante una fobia por lo diferente de forma descarada. E incluso acusan a las Administraciones de desarrollar “unas normas que vulneran los derechos fundamentales de los ciudadanos”.
En otro de los capítulos, titulado “Azul y rosa” se acusa a los centros educativos de querer manipular a los y las menores a hacer cosas que, según el texto, contradicen a su sexo. Lo cual sorprende y ni tan siquiera podemos argumentar algo tan sencillo como que cada niño y cada niña debe jugar a lo que quiera, que su libertad es precisamente la de elegir.
No menos llamativo y menos denunciable resulta que hablen y señalen una y otra vez el término “ideología de género”, dando un matiz peyorativo e insultante a la lucha constante de la igualdad para la ciudadanía.