Según el Código Penal español, la violencia que se ejerce hacia las mujeres se puede considerar un delito de terrorismo, porque no cabe duda que es un delito grave contra la vida y la integridad física y con un fin, provocar un estado de terror en las mujeres. Está claro que el machismo mata, pero también genera miedo, terror e inseguridad en todas las mujeres, porque ¿qué mujer no se ha sentido aterrorizada cuando camina por la calle de noche y percibe la presencia de un hombre detrás de ella? No sabemos su nombre, no sabemos quién es ni a dónde va, ni siquiera sabemos si se ha percatado de nuestra presencia. Pero el hecho de ser hombre ya enciende nuestras alarmas y nos genera un estado de estrés y ansiedad que no debería producir en una sociedad donde la violencia machista no existiese como así defienden determinados sectores.

Pero la violencia machista existe, es algo con lo que convivimos las mujeres. Es estructural. Y, mientras no queramos asumirlo y la sociedad al completo abogue por el cambio, seguirá existiendo. En este terreno, la educación tiene un papel fundamental, ya que nos permite coeducar y construir una sociedad libre de machismo.

Y mientras construimos esa sociedad en la que la violencia contra las mujeres, sea de la índole que sea, desaparezca, las feministas seguiremos luchando e instando a los gobiernos el fin de esta lacra social.


Secretaría Federal de Géneros e Igualdad: Espacio Feminista de USTEA