Sin lugar a dudas, estamos asistiendo al inicio de curso más convulso de los últimos tiempos. Todas y todos entendemos lo excepcional y complejas que son las actuales circunstancias, pero esto no puede ser, en ningún caso, motivo que exima de las responsabilidades que la administración tiene en todo el conjunto de despropósitos y situaciones de tremenda gravedad que el conjunto de la comunidad educativa está sufriendo en este inicio de curso.
Así, según avanzan los primeros días de septiembre, a la falta de recursos y medios para asegurar una docencia presencial segura en los centros andaluces, que venimos denunciando y que ha provocado la convocatoria de huelga del próximo 18 de septiembre, se suman toda una serie de cuestiones que contribuyen a la incertidumbre, desasosiego y caos en el inicio de este nuevo curso.
En primer lugar, desde USTEA queremos denunciar la situación límite a la que se está sometiendo a las directivas de los centros escolares, a las que se les cambiaron las directrices de cara a la planificación del curso, ya entrado el mes de septiembre y con el trabajo ya avanzado, mediante la circular que, de forma ambigua y poco precisa, recoge las opciones de semipresencialidad y flexibilidad curricular. Lejos de poner todos los medios para una presencialidad segura, la administración se saca de la manga unas medidas de última hora, que tan sólo están justificadas por la negativa a poner sobre la mesa los medios y los recursos que la educación andaluza necesita.
Por otro lado, las incorporaciones de los y las docentes incluidas en el llamado “cupo covid”, tan cacareados por el gobierno andaluz, se están produciendo demasiado tarde y con contratos que tan solo se extienden hasta el 31 de diciembre, sin que exista un compromiso por escrito de prorrogar estas contrataciones hasta final de curso. ¿Pueden las directivas atreverse a utilizar este cupo para desdoblar grupos si nadie les da seguridad de que este personal estará todo el curso? Además, en el caso de primaria, los maestros y maestras de este cupo se han incorporado el mismo día que el alumnado, por lo que se dificulta claramente la anticipación, planificación y puesta en marcha de los protocolos de seguridad. Pero es la situación para los centros de secundaria, ya que la incorporación se producirá un día más tarde que el alumnado.
La lista de despropósitos aumenta con la situación de caos y confusión que están generando el hecho de que el personal interino no haya sido citado para las pruebas diagnósticas de Covid-19 antes de su incorporación, por lo que serán obligados a asistir al centro, ya con el alumnado dentro de las aulas y sin que hayan sido sometidos a estas pruebas. Resulta chocante que la Junta de Andalucía presuma de esta medida pero no sea capaz de organizar su puesta en marcha en los términos en los que se ha publicitado en los medios de comunicación.
Mención especial requiere la situación del profesorado que, estando en situación de cuarentena por contacto con personas positivas, sean llamadas a ocupar una vacante sobrevenida. Como consecuencia de que estos casos son catalogados como Incapacidad Temporal (IT) estas personas no podrán incorporarse, por lo que sufrirán un grave perjuicio al no poder optar a un puesto de trabajo para el curso completo. Esta flagrante injusticia es consecuencia directa de la también injusta situación que sufre cualquier personal en situación de IT cuando es llamada a cubrir estos puestos, pero resulta especialmente indignante que no se haya buscado una solución para el personal en cuarentena en un contexto de pandemia.
Por todo ello, en USTEA creemos que la salud de la población ha de ser la absoluta prioridad y que, si el gobierno andaluz hubiese estado a la altura de las circunstancias, debiera haberse planteado el retraso de inicio de curso hasta que quedasen subsanadas todas estas carencias e incidencias y poder asegurar la seguridad en los centros educativos, independientemente del coste político que esta medida pudiera tener para sus intereses de gobierno. Entendemos, por tanto, que día a día aumentan las razones para participar y apoyar las movilizaciones y la jornada de huelga del próximo 18 de septiembre.