Desde USTEA queremos destacar el valor insustituible de las enseñanzas artísticas, y en particular, las que se imparten en los conservatorios de música y danza públicos. Son una parte fundamental del sistema educativo y de la vida cultural de nuestra sociedad y, no solo desarrollan el talento y la sensibilidad artística del alumnado, sino que fomentan la creatividad, el pensamiento crítico, la disciplina, el trabajo en equipo y el desarrollo emocional. Son una herramienta imprescindible para fortalecer las identidades culturales y enriquecer nuestra vida colectiva. La música y la danza son cultura, identidad, futuro, generan riqueza y merecen un lugar digno y reconocido en la educación pública.
Sin embargo, tras recopilar información sobre la situación actual en diversos conservatorios andaluces tanto elementales, profesionales como superiores, volvemos a constatar la existencia de numerosas deficiencias materiales, organizativas y estructurales que afectan negativamente a la calidad de la enseñanza y a las condiciones laborales del profesorado. Aunque no todos los centros presentan los mismos problemas, la realidad general refleja una preocupante falta de inversión y atención específica hacia estas enseñanzas.
En muchos casos, las instalaciones se encuentran en un estado muy mejorable: edificios antiguos sin reformas, aulas con grietas, humedades o falta de aislamiento acústico y térmico. En algunos conservatorios las condiciones climáticas extremas obligan a impartir clase en invierno con abrigo o en verano en condiciones de calor insoportable, sin que existan sistemas de calefacción o climatización adecuados.
También se ha detectado la falta o deterioro del equipamiento esencial. Algunos instrumentos musicales no se encuentran en condiciones óptimas para la docencia, mientras que en danza se detectan suelos inadecuados o sin mantenimiento. En numerosos centros faltan espacios especializados como cabinas de estudio, aulas de lenguaje musical insonorizadas, salas de cámara o salones de actos adaptados, lo que limita las posibilidades pedagógicas del profesorado y el desarrollo artístico del alumnado.
A estas carencias se suma una dotación tecnológica claramente insuficiente. Equipos informáticos obsoletos, conexión a internet deficiente o escaso soporte técnico dificultan el uso de herramientas digitales en el aula. Esta situación es especialmente grave si se considera la necesidad de integrar las tecnologías en los procesos de creación, interpretación y enseñanza artística actuales. Por otro lado, en algunos casos también se evidencian problemas de organización interna, como ratios elevadas, falta de personal especializado o dificultades en la gestión de horarios y recursos.
Desde USTEA consideramos que las situaciones aquí descritas reflejan un problema estructural: la falta de una política educativa clara, coherente y comprometida con las enseñanzas artísticas. No basta con reconocer su valor cultural; es imprescindible garantizar los medios materiales, humanos y organizativos necesarios para que estas enseñanzas puedan desarrollarse con calidad y equidad en todo el territorio andaluz.
Por ello, desde USTEA reclamamos una inversión decidida y sostenida en los conservatorios de música y danza, con medidas concretas que mejoren las instalaciones, actualicen el equipamiento, refuercen las plantillas y aseguren una organización pedagógica adecuada. Estas enseñanzas no pueden seguir relegadas al olvido ni ser tratadas como meras actividades complementarias: forman parte esencial del derecho a una educación pública integral, diversa y enriquecedora.
Reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de una educación artística accesible, de calidad y adaptada a las necesidades actuales. Las enseñanzas artísticas deben ser motivo de orgullo colectivo, y desde USTEA seguiremos trabajando para que reciban el reconocimiento, los recursos y el apoyo institucional que merecen.

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