Desde USTEA, nos sumamos a la campaña de la Internacional de Educación por la pública, creamos escuela, con motivo del 24 de enero Día Internacional de la Educación, aprovechando para hacer un llamamiento al gobierno andaluz para que frene las políticas neoliberales que están desmantelando progresivamente la educación pública.

Los presupuestos para el presente curso evidenciaron, una vez más, la dinámica privatizadora de la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía, que sigue en escalada destinando cada vez más fondos públicos a la escuela concertada, este año, destinando a la educación privada 72 millones euros más que el año pasado.

La Consejería se escudó en que la partida de educación subía, pero ese alza tan solo se vio reflejada en el dinero que se dio a la privada concertada. Hemos de recordar que esta concertada es en Andalucía, eminentemente católica. En los niveles de enseñanza primaria e infantil, la partida subió un 4,65 % pero es la concertada la que se lleva “la palma” con un aumento del 7,98 % referente al año 2024. Los niveles en secundaria y Bachillerato siguen este modelo: sube la ESO concertada casi un 10 % y el Bachillerato un 13 %. Este dato se opone a que la partida general a nivel de ESO y enseñanzas no obligatorias (FP y Bachillerato) sube solo un 6,45%, partida que absorben sobre todo estos conciertos educativos.

La educación pública, gratuita, universal y de calidad, es un derecho social y estos recortes en los presupuestos públicos son un ataque directo a la construcción de un estado de derecho en el que todas las personas tengan garantizado este acceso sin las estrategias adoctrinantes de la concertada andaluza, ofreciendo al alumnado una educación de carácter religioso, una contradicción absoluta para un estado laico. 

Sobre el profesorado, exigimos a la Consejería que garantice los derechos laborales y asegure unas condiciones de trabajo dignas, algo que no se está cumpliendo en nuestro territorio, en el que hay más de 200 aulas que superan la ratio permitida. Esto repercute enormemente en el bienestar del profesorado andaluz, que debe hacer frente a una sobrecarga laboral que tiene un impacto indudable en su salud, algo evidenciado en las cifras de profesorado con problemas de salud mental relacionados con ansiedad o depresión. No podemos dejar de reivindicar que nuestro personal docente, al no poder hacerse cargo de factores tan cruciales como la atención a la diversidad en un territorio con altas tasas de pobreza infantil y los problemas sociales que ello conlleva. 

Por otro lado, consideramos oportuno e importante reivindicar la solidaridad internacional y la condena radical al apartheid y genocidio israelí, no podemos trasladar al alumnado la cultura de la paz, uno de los ejes transversales de la educación, cuando hace un año ya se habían destruido 200 escuelas en Gaza. Aprovechamos una vez más para solidarizarnos con el pueblo palestino y para condenar la masacre que están sufriendo sus infancias.