Por una escuela que eduque en diversidad, dignidad y derechos
Cada 20 de noviembre, en el Día de la Memoria Trans (TDOR, por sus siglas en inglés), recordamos a todas las personas trans asesinadas y víctimas de las violencias tráns-fóbicas. No hablamos solo de agresiones físicas o asesinatos; hablamos también de exclusión, rechazo familiar, bullying escolar, discriminación laboral, patologización, soledad y negación de derechos.
La transfobia mata también cuando niega identidades, cuando expulsa de la escuela, cuando obliga a vivir en silencio o en miedo.
La escuela no puede permanecer ajena. La educación debe ser un espacio seguro, inclusivo y transformador, donde todas las identidades sean respetadas, visibilizadas y acompañadas. Una escuela que niega la diversidad es una escuela que educa en violencia.
La realidad en las aulas: violencias que no siempre se ven
- Según la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA), más de la mitad de las personas trans han sufrido discriminación en contextos educativos.
- En España, un 22% del alumnado LGTBI ha sufrido acoso escolar, especialmente entre el alumnado trans y no binario (Informe FELGTBI+, 2024).
- Este acoso no solo proviene de iguales, sino también —a veces— de prácticas institucionales: documentos que no respetan la identidad, baños segregados, ausencia de referentes, lenguaje discriminatorio o currículos binaristas.
Estas violencias hacen que mucho alumnado trans abandone los estudios, sufra ansiedad, depresión o autolesiones. La escuela debe combatir esto, no reproducirlo.
La normativa existe. Ahora toca cumplirla.
En Andalucía, la Ley 8/2017, de Garantía de Derechos para las Personas LGTBI, y el Decreto 221/2023 sobre la protección del colectivo LGTBI en los centros educativos, reconocen el derecho del alumnado trans a:
✔ Ser nombrado por su nombre sentido
✔ Ser tratado según su identidad de género
✔ Usar los espacios (aseos, vestuarios) conforme a su género
✔ Recibir protección ante el acoso y trato discriminatorio
✔ Incorporar la diversidad sexo-género en los materiales curriculares y actividades
➡️ Sin embargo, muchas veces estas leyes se quedan en papel, sin recursos, sin formación docente y sin respaldo institucional. La igualdad no se decreta: se educa.
EDUCAMOS EN DIVERSIDAD: la escuela como refugio y como trinchera
Desde la educación pública, crítica y transformadora, defendemos:
🌈 La escuela como espacio seguro
Donde cada identidad sea respetada, acompañada y validada.
📚 La diversidad como contenido y como valor educativo
No basta con “tolerar” la diversidad: hay que educar con ella, visibilizarla y celebrarla.
👩🏽🏫 Formación del profesorado
Sin preparación real, no hay inclusión real. Urgente incluir la diversidad sexo-género en la formación inicial y permanente.
👥 Protocolos específicos y eficaces
Frente a situaciones de acoso, vulneración o discriminación. Actuar no es opcional, es deber ético y legal.
💬 Nombrar, visibilizar, acompañar
Trabajar referentes trans en ciencia, historia, arte, activismo, deporte, literatura… Porque lo que no se nombra, no existe.
Recordar es educar
Hoy recordamos a todas las personas trans que ya no están por culpa de la violencia.
Pero también miramos a quienes siguen resistiendo, existiendo, abriendo caminos, y diciendo con orgullo:
“Mi identidad es válida. Mis derechos son humanos. Mi existencia no es debate.”
Desde USTEA exigimos:
- El cumplimiento de la legislación educativa y de protección LGTBI.
- Recursos y formación para los centros educativos.
- Planes de coeducación reales que incluyan identidades trans y no binarias.
- Protección integral frente a la violencia, institucional y social.
🌈 Porque educar es proteger, y proteger es reconocer todas las vidas.
🌈 Por una escuela que abrace, acompañe y celebre la diversidad.
🌈 Hoy y cada día: Memoria, dignidad y derechos.
Kim Pérez: profesora, activista y referente trans en Andalucía
Kim Pérez (Granada, 1941-2025) fue profesora de Filosofía y Ética, y entendía la educación como una herramienta para transformar la sociedad. Desde las aulas, defendió el respeto, la dignidad y los derechos de todas las personas, especialmente del alumnado trans.
Como activista trans y feminista, fue pionera en Andalucía y en España, fundó asociaciones para la defensa de la identidad de género y abrió caminos para que hoy existan leyes y derechos que protegen a las personas trans.
Su vida nos recuerda que una docente puede cambiar vidas, y que la escuela debe ser un lugar donde todas las identidades sean visibles, acompañadas y respetadas.



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