Cada 10 de diciembre conmemoramos el Día Internacional de los Derechos Humanos, una fecha que nos invita a recordar que la educación pública es, antes que nada, un instrumento de dignidad, emancipación y justicia social. Desde USTEA reivindicamos que la defensa de los derechos humanos no puede desligarse de la defensa de una escuela pública, laica, inclusiva, feminista y profundamente democrática, capaz de formar ciudadanía crítica frente a cualquier forma de opresión, desigualdad o violencia.
Los valores recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), en particular sus artículos 1 (igualdad y dignidad) y 26 (derecho a la educación), inspiran nuestro compromiso sindical y pedagógico. Del mismo modo, exigimos el cumplimiento de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, 1979) y la incorporación efectiva de la perspectiva feminista en el sistema educativo andaluz, tal como amparan la Ley Orgánica 1/2004, la Ley Andaluza 7/2018 para la Promoción de la Igualdad de Género y el Pacto de Estado contra la Violencia de Género (2017).
Educación para una Andalucía libre, igualitaria y crítica
USTEA reafirma que el derecho a la educación debe garantizarse con recursos suficientes, ratios adecuadas, infraestructuras dignas, estabilidad laboral para el personal docente y servicios complementarios accesibles y universales. La Ley Orgánica 2/2006 de Educación, la LOMLOE 3/2020 y el Estatuto de Autonomía para Andalucía (art. 21) reconocen este derecho, pero su cumplimiento real está comprometido por recortes, externalizaciones y mercantilización del sistema público.
Andalucía sufre una política educativa que favorece la concertación, reduce unidades en la escuela pública mientras sostiene centros privados sostenidos con fondos públicos. Frente a ello, USTEA reivindica el fortalecimiento de los recursos públicos como garantía de igualdad y justicia social, especialmente en zonas rurales, barrios empobrecidos y contextos de exclusión.
Derechos Humanos con perspectiva feminista
La escuela pública debe ser motor de igualdad real y no solo formal: coeducación, planes de igualdad efectivos, formación docente en feminismos, prevención de violencias machistas y no tolerancia frente a discursos negacionistas presentes en instituciones y medios. Reafirmamos que los derechos humanos son derechos de las mujeres, y que no hay plenitud democrática sin erradicar las violencias estructurales que nos atraviesan.
Compromiso con la libertad de pensamiento y la acción sindical
Defender los derechos humanos implica garantizar la libertad intelectual, pedagógica y sindical de quienes educan. La labor docente no puede ser silenciada ni vigilada por intereses partidistas, mercantiles o clericales. La escuela es un espacio para el pensamiento crítico, la participación y la autonomía, principios reconocidos por el artículo 27 de la Constitución Española y el artículo 52 del Estatuto de Autonomía de Andalucía, que garantizan la libertad de enseñanza y de expresión.
La acción sindical en educación es también defensa de derechos humanos: del derecho al trabajo digno, a la igualdad salarial, a la participación democrática y a la corresponsabilidad social en el cuidado y la vida.
Este compromiso se asienta en la memoria histórica de un pueblo que ha conocido la explotación, el exilio y la desigualdad estructural. Reconocemos el legado de las luchas campesinas, obreras, feministas y educativas de Andalucía, que nos recuerdan que los derechos nunca son regalos, sino conquistas colectivas.
Por una educación pública andaluza que haga efectivos los derechos humanos
USTEA llama a la comunidad educativa, a los movimientos sociales y a toda la ciudadanía a seguir defendiendo una educación que no solo enseñe derechos humanos, sino que los practique: igualdad, justicia, participación, solidaridad, libertad, diversidad y paz. Frente a discursos de odio, privatización de lo público y brechas socioeconómicas crecientes, reafirmamos nuestra apuesta por una escuela transformadora, capaz de construir una Andalucía más justa, feminista y libre.
Sin derechos educativos, laborales y sociales no hay democracia. Sin perspectiva feminista no hay derechos humanos. Sin educación pública no hay igualdad.
Actividades de Amnistia Internacional



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